En mi adolescencia dediqué muchas lecturas a la biografía. De Taylor Caldwell: La Columna de Hierro, sobre Cicerón; El Gran León de Dios, sobre San Pablo; La Tierra es del Señor, sobre Genghis Kahn; Médico de Cuerpos y Almas, sobre San Lucas; Gloria y Esplendor, sobre Pericles y Aspasia; Yo, Judas, sobre el apóstol. De Irving Stone: Miguel Ángel, sobre el artista florentino; El Origen, sobre Darwin, Pasiones del Espíritu, sobre Freud; Anhelo de Vivir, sobre Van Gogh; Abismos de Gloria, sobre Pissarro y los impresionistas; El Tesoro Griego, sobre Heinrich Schliemann, descubridor de Troya. De Stefan Zweig: Erasmo, Balzac, Sigmund Freud, María Antonieta, Fouché, María Estuardo, Dostoievski, Magallanes, Américo Vespucio. De Emil Ludwig: Napoleón, Bismarck, Beethoven, Goethe.